Todos tenemos problemas
El hecho que seamos j贸venes activos dentro de la Iglesia, no significa que no tengamos problemas
Es muy com煤n que la gente piense que porque estamos dentro de un grupo juvenil, movimiento, etc. seamos los m谩s felices y santos del mundo, les decimos que est谩n absolutamente equivocados.
Y no es culpa de nadie, solo que el tab煤 de formar parte de la iglesia hace que se tenga este concepto, somos seres humanos, valga la aclaraci贸n; pero no todos parecen entender el n煤cleo del tema.
Los j贸venes manifiestan una variada fragilidad aunque permanezcan abiertos, disponibles y generosos. Ya no pesan sobre ellos ideolog铆as como en las generaciones precedentes. Aspiran a relaciones aut茅nticas y est谩n en b煤squeda de la verdad, pero al no encontrarlas en la realidad, esperan encontrarlas en su propio interior. Tal actitud los predispone a replegarse dentro de sus propias sensaciones y del individualismo, poniendo a su disposici贸n el v铆nculo social y el sentido del inter茅s general. Aunque el contexto social no les ayuda a desarrollar una verdadera y propia dimensi贸n espiritual, est谩n dispuestos a comprometerse con algunas causas m谩s grandes que las suyas.
¿Qu茅 pasa con los j贸venes hoy?
Esta pregunta pareciera ser hecha por alguien que mira con preocupaci贸n, disgusto o desesperanza a los j贸venes. Sin embargo, este interrogante surge del querer entender lo que no se logra dimensionar por parecer distante, confuso, ajeno. "Estoy harto", "Me quiero ir lejos", "Estoy cansado de esto", "Che kuer谩i", entre otros, son parte de las muchas expresiones, actividades, grupos y tendencias que los j贸venes emplean para comunicar o expresar lo que son, piensan, sienten, buscan y, en ocasiones, de lo que carecen y desean.
Evidentemente, los j贸venes son mucho m谩s que maneras de hablar, formas de comportarse o modos de vestirse, pero generalmente s贸lo eso viene a la mente cuando se piensa en ellos. Este desconocimiento o estereotipaci贸n obliga a buscar informaci贸n que permita entender qui茅nes son, qu茅 piensan, c贸mo viven, qu茅 hacen y por qu茅 lo hacen.
Los j贸venes en cuesti贸n pueden estar bastante insertos en el campo del estudio o en una actividad profesional, mientras algunos pueden encontrarse en situaciones profesionales o personales bastante precarias: desocupaci贸n, inestabilidad psicol贸gica, comportamientos disgregados y numerosos problemas de la vida. A menudo expresan el deseo de tener fe en s铆 mismos, quieren liberarse de las dudas respecto a la existencia y de los miedos ligados a la idea de un compromiso afectivo.
A veces piden ayuda a sus padres, a pesar de experimentar una cierta incomodidad en el trato con ellos. La mayor parte de ellos sigue viviendo con sus padres, mientras otros, a pesar de vivir solos, a煤n son dependientes. A menudo tienen necesidad de ser apoyados cuando se encuentran confrontados con la realidad, para poderse aceptar, para aceptar la vida y comenzar a actuar en la realidad.
En una sociedad que, por diversas razones, cultiva la duda y el cinismo, el miedo y la impotencia, la inmadurez y el infantilismo, los j贸venes tienden a asirse a modalidades de gratificaciones primarias y tienen dificultad en madurar, entendiendo por madurez la personalidad que ha completado la organizaci贸n de las funciones basilares de la vida ps铆quica y que por lo tanto es capaz de diferenciar la propia vida interior del mundo externo.
Muchos j贸venes, que a煤n permanecen en una psicolog铆a de fusi贸n, tienen dificultad en realizar esta diferenciaci贸n; aquello que sienten e imaginan, a menudo es sustituido por los hechos y la realidad del mundo externo. Este fen贸meno es ampliado y alimentado por la psicolog铆a medi谩tica, que inerva hoy los 谩nimos y el universo virtual, creado por videojuegos y el Internet. Todo esto los predispone a vivir en lo imaginario y en un mundo virtual, sin contacto con la realidad la que no han aprendido a conocer y que los delude y deprime.
Queda a煤n por verificar si estas experiencias crean o no relaciones verdaderas y contribuyen al enriquecimiento afectivo e intelectual de su personalidad. Finalmente, son ambivalentes porque quieren encontrar el modo tanto de entrar en la realidad como de huir de ella.
Los j贸venes de hoy son como las generaciones precedentes: capaces de ser generosos, solidarios y comprometidos con causas que los movilizan, pero tienen menos referencias sociales y sentido de pertenencia que sus predecesores. Son individualistas, quieren hacer su propia elecci贸n sin tener en cuenta el conjunto de los valores, de las ideas o de las leyes comunes. Toman sus puntos de referencia de donde sea para despu茅s experimentarlos en su modo de vivir.
Tienden con facilidad al igualitarismo y a la tolerancia, embebidos de la moda y de los mensajes impuestos por los modos medi谩ticos, que de hecho les sirve de norma en la cual se basan. Corren el peligro de caer en el conformismo de las modas, como las esponjas que se dejan impregnar, en vez de construir su libertad partiendo de las razones para vivir y amar, hecho que explica su fragilidad afectiva y la duda sobre ellos mismos en la que se debaten.
Pero... ¡Siempre hay una soluci贸n si nuestros problemas lo dejamos en las manos de Dios!
Poder ver m谩s all谩 de las maneras de hablar y las formas de comportarse de los j贸venes implica entender qu茅 los define, conocer perspectivas a trav茅s de las cuales dimensionarlos y resignificar las problem谩ticas y los retos que los rodean. Sin importar el enfoque, la definici贸n de juventud no se debe restringir a una etapa de desarrollo f铆sico, cognitivo o social, o a un posicionamiento hist贸rico y cultural. Debe poder incluir las diferentes variables, cuestiones y factores que la constituyen y la configuran no tan s贸lo como una etapa de socializaci贸n sino como un periodo de construcci贸n de subjetividad, regulaci贸n del comportamiento y desarrollo de habilidades para cumplir con los roles y campos sociales propios de la vida adulta.
Igualmente, el definir la juventud, sus problemas y retos es, en gran medida, una acci贸n pol铆tica y simb贸lica que va m谩s all谩 de una simple selecci贸n de ciertas realidades naturales, sociales, culturales, hist贸ricas y pol铆ticas. Se trata, m谩s bien, de una estructuraci贸n de la percepci贸n de la realidad a partir de un sistema de categor铆as impuesto subrepticiamente por ciertos actores o grupos, seg煤n sus intereses o necesidades (aqu铆 tienen principal protagonismo las comunidades juveniles dentro de la Iglesia Cat贸lica, en todas sus instancias).
Ante esta situaci贸n, los j贸venes deben dejar de verse como objetos de tratamiento o intervenci贸n, y asumirlos como actores y participantes que deben poder actuar y decidir antes las situaciones que afectan y restringen su bienestar y desarrollo.
A la pregunta, ¿qu茅 pasa con los j贸venes hoy?, la respuesta no puede ser una fr铆a descripci贸n de sus caracter铆sticas ni un minucioso an谩lisis de sus problemas. M谩s bien, debe ser una reflexi贸n sobre c贸mo fortalecer y ampliar su poder y toma de decisiones en y sobre situaciones y procesos que los constituyen y/o configuran.
"Por favor, so帽ad juntos, no solos; con los dem谩s, nunca contra los dem谩s"
Francisco, a los j贸venes: "Uno de los principales problemas de la actualidad y de tantos j贸venes es que han perdido la capacidad de so帽ar"
El Papa utiliza los testimonios de los j贸venes para tejer un excelente discurso sobre el poder de los sue帽os e invita a los j贸venes a "so帽ar a lo grande" y volverse "artesanos de sue帽os y de esperanza", para no caer en uno de los principales problemas de la actualidad: "j贸venes, que han perdido la capacidad de so帽ar".
Comentarios
Publicar un comentario