Las 13 Reglas del Bosque
1. Ir al bosque con el respeto y la curiosidad de quién entra en territorio ajeno y desconocido, de quién se adentra en el misterio. Con atención. Con el sentimiento del extranjero, que puede ser un igual con todos los habitantes del territorio que visita, pero debe hacer un esfuerzo por adaptarse a sus costumbres.
2. Ve atento y despacio, no trates de llegar antes, sino de estar ahí, de gozar de cada paso y tramo del camino.
3. Frecuenta los árboles viejos y todo tipo de paisajes naturales. De noche y de día, con viento, sol y lluvia. Ahonda en el conocimiento del bosque, de todas las partes que lo componen y habitan. Compréndelo como un todo, un organismo, un país. Aprende a amarlo y sentirte como un miembro integrante.
4. El bosque es tu derecho, nadie puede arrancarte de él ni arrebatártelo, tú eres su defensa en la medida en que comprendas lo que representa, la creación de Dios. En nuestros días es imprescindible trabajar activamente en su protección y en la denuncia de cualquier daño a los espacios protegidos. Pero no te consideres mejor que nadie. Respeta incluso a los enemigos del bosque, a los que lo incendian o destrozan. Utiliza todas las estrategias para oponerte a sus desmanes, pero no entres nunca en confrontación personal. Recuerda siempre que defiendes al bosque, no a ti mismo, ni a tus ideas o a un grupo determinado.
5. Camina solo o en pequeños grupos, sin meter ruido, como quién recorre la sala de un templo o un museo. Los silbidos, gritos, sonidos de móviles o música y otros, son siempre molestos y a veces traumáticos para los habitantes del bosque. Perturban el ritmo de alimentación, los territorios, la cría.
6. Escoge bien a tus acompañantes. No lleves perros para evitar todo tipo de problemas y molestias. Tan solo el olor o los ladridos harán huir a un gran número de animales a quienes en cualquier caso causan estrés.
7. No dejes huellas visibles de tu paso. Jamás abandonaremos nada de lo que trajimos. Los desechos son siempre vergonzosos y desagradables, pero también peligrosos. Los animales pueden morir por ingerir una bolsa de plástico, cortarse o quedar atrapados con una lata, intoxicarse de muy diferentes modos. Procura generar la menor cantidad de residuos y en todo caso recoge los desperdicios propios y ajenos.
8. No tocar ni acercarse a los pollos o crías de ningún animal si no queremos arriesgarnos a condenarlo a la muerte. Sus padres están esperando a que nos marchemos para atender al polluelo caído del nido o al cervatillo despistado y podrían abandonarlos si se sienten demasiado asustados o extrañan su olor. En época de cría (generalmente desde finales de febrero hasta junio), pongan especial cuidado en molestar lo menos posible, actividades en apariencia tan inocentes como sacar una fotografía al nido y sus pollos, pueden determinar el abandono de los padres.
9. No arrancar sin necesidad plantas o ramas, ni siquiera para replantar en otro lugar. No recolectar inconscientemente setas ni dañarlas. Aunque sean venenosas, cumplen un cometido esencial en el bosque e incluso las que para nosotros son mortales, servirán para alimentar a otra gente del bosque.
10. No encender fuegos a menos que sea imprescindible hacerlo.
11. No arriesgarse nunca inútilmente, nuestras imprudencias en la montaña pueden costarnos muy caras o afectar a quienes vengan en nuestra ayuda.
12. Busca la verdad inmensa que reside en el bosque, el silencio de las estrellas, la oscuridad de la noche. ¡Sal del camino! ¡Enzárzate! Satura tus retinas de árboles y espesuras. Aprende a caminar fuera de los senderos trillados.
13. Ten siempre los pies en la Tierra. Nunca olvides qué es realmente esencial para nosotros y nuestro mundo. Nunca te olvides de quién eres.
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