El amor no necesita predicciones
Solo tenemos que amar a nuestro Señor ahora y siempre, debemos estar listos para encontrarlo.
En una ocasión, una persona me hablaba y me decía: ¡Qué bueno sería si pudiéramos predecir ciertos dolores y sorpresas en la vida!. Viviríamos más pacíficamente y aún podríamos pensar en un segundo o tercer plan. Seguí pensando para mí mismo:
¿Es realmente así?
“En ese momento, Jesús dijo a sus discípulos: ¡Cuidado! Presta atención, porque no sabes cuándo llegará el momento. Es como un hombre que, al salir al exterior, deja su hogar bajo la responsabilidad de sus empleados, repartiendo su tarea a cada uno. Y ordenó al portero que vigilara. Vigila, pues, porque no sabes cuándo viene el dueño de la casa: por la tarde, a medianoche, al amanecer o al amanecer. Para que no suceda que, viniendo de repente, te encuentre durmiendo. Lo que les digo, se lo digo a todos: ¡Miren! (Marcos 13, 33-37)”
Necesitamos vivir nuestros días pensando en cómo deberíamos ser cuando el Señor regrese a su gloria, encarnando la vida del Cristo que nos ayuda a discernir y elegir las pequeñas y grandes cosas de la vida, no queriendo prever el futuro, sino edificando el ahora con nuestro salvador.
Entre otras cosas, esto es lo que me han enseñado mis límites de salud actuales.
Solo tenemos que amar a nuestro Señor ahora y siempre, debemos estar listos para ir a encontrarlo. ¡Pidámosle la gracia de estar lúcidos y completos hasta el final para lograr esta santa disposición!
Autora: Milagros Aguilera - Comunidad Católica Shalom
Comentarios
Publicar un comentario